Revisionando el Clásico con Gerard Piniés
Gerard Piniés colabora con "Táctica Barça " en esta ocasión analizando las jugadas más determinantes del Clásico desde el punto de vista táctico. Desde aquí damos las gracias a Gerard por haber querido compartir con nosotros y nuestros lectores su análisis de gran calidad.
Podéis seguir a Gerard Piniés a través de su cuenta de Twitter: @Gerard_Pinies
En el presente artículo se
comentaran algunos aspectos relacionados con
aciertos y errores vistos en el pasado clásico. De esta manera, analizaremos
algunas de las jugadas más destacadas mostradas en el vídeo resumen del partido,
que recoge las situaciones de gol u
ocasión de gol más significativas. La descripción de lo que sucede es una
interpretación posible, pudiendo
existir otros elementos que no se comenten o bien, otras interpretaciones igual de válidas. En
definitiva, lo que se persigue es hablar del juego, lo que realmente nos
importa a muchos y que lamentablemente se perturba debido a la polémica que
suele generar este enfrentamiento. A continuación, se adjunta el vídeo resumen completo
y seguidamente el análisis de cada jugada.
En el 0-1 de Iniesta (0:35), podemos ver una situación que muestra
las ventajas de apostar por el juego interior. En este caso, los jugadores del
Barça conectan varios pases dentro hasta que Messi acaba recibiendo y
conduciendo por el carril central del campo, conducta que atrae a los rivales,
junta la línea defensiva y permite que crezca el espacio de fuera en la banda
izquierda. Iniesta es consciente de ello y ajusta la distancia respecto a su
defensor directo, de manera que exista línea de pase y a la vez, al recibir el
balón pueda superar a su defensor mediante un control hacia portería. Un
control hacia el espacio libre y un remate ejecutados sin apenas frenar el
balón, para no dar posibilidades a Carvajal de llegar a interceptarlo. Cabe
destacar las características del pase; a ras de suelo, con la tensión adecuada
y al espacio, aspectos que permiten a Iniesta no frenar la carrera y obtener
tiempo y espacio para el control y el remate posterior.
En el primer aviso de Benzema
(1:01), se da una situación donde el pivote, Busquets, ha saltado a presionar a
banda. Por lo que el espacio de dentro debe ser equilibrado por otro jugador,
en este caso Cesc. No obstante, Cesc se siente tan atraído por el balón que no
percibe la presencia de Benzema, que va ofreciendo líneas de pase por dentro.
Di María que fue uno de los más desequilibrantes en sus actuaciones, consigue
superar a Alves y Mascherano, por lo que Cesc decide saltar a apretarle sin
tener en cuenta la posición de Benzema. En el momento que Di María atrae
también a Piqué, le regala la opción al francés de rematar a portería. Disparo
que se va fuera por muy poco. La decisión de Cesc no es del todo mala puesto
que está realizando coberturas para que Di María no pueda conducir hacia dentro
y llega un momento que está obligado a saltar a por él. Otra opción para
defender esta situación, podría ser que Iniesta ocupara una posición intermedia
que le permitiera llegar a defender a Benzema y a Cristiano a la vez. Si nos
fijamos en Iniesta, va siguiendo a Cristiano sin mostrar demasiado interés en equilibrar
el espacio de dentro, espacio abierto debido a los comportamientos de Busquets
y de Cesc. Interesante destacar también, la pasividad defensiva que se permite
Busquets, el cual había ido a presionar a banda al principio de la jugada y una
vez superado no se preocupa de recuperar rápidamente la posición. Si hubiese
recuperado la posición, quizá el espacio estaría más equilibrado una vez Cesc
saltara a por el argentino. Finalmente, también se debe destacar lo bien que se
mueve Benzema entre líneas, pacientemente ajustado ante la conciencia de ocupar
el espacio adecuado.
En relación a la ocasión
sorprendentemente fallida de Messi (1:20), merece la pena analizar el
comportamiento de la línea defensiva del Real Madrid, con importantes
desajustes. Dada la situación que Pepe sale a por Neymar, se abre un espacio
significante al lado de Ramos. Una vez Neymar toca atrás ante la presencia de
Pepe, Cesc recibe sin apenas oposición. En este momento, los defensas del
Madrid están saliendo adelante, con lo que el espacio a su espalda está
creciendo. Un comportamiento temerario ya que la posesión la tiene el Barcelona
y a la vez, el jugador con balón no tiene ningún tipo de presión pudiendo jugar
a sus espaldas sin problema. A parte de ello, la línea no coordina su salida al
estar Marcelo unos metros por detrás de Ramos, con lo que habilita espacio a la
espalda del capitán. Este detalle es un caramelito para Messi, el cual se
posiciona hambriento a la espalda de Ramos para poder romper en profundidad una
vez Cesc lo identifique. Messi acaba fallando, pero la interpretación del
desequilibrio madridista es extraordinaria.
En el 1-1 de Benzema (1:54), se
da una situación de centro lateral por parte de Di María. El francés logra
conectar con el balón gracias al insuficiente marcaje individual que le hace
Mascherano. Aunque Mascherano está pendiente de él y corre hacia atrás para
defender el espacio, le ofrece demasiado espacio a su espalda, con lo que el
delantero tiene superioridad posicional para rematar a placer. De esta manera,
el central argentino podría haberse ajustado con unos pasitos hacia atrás e
invitado a Benzema a desmarcarse por delante en vez de a su espalda. Una
situación que sería más fácil de defender al poder controlar el balón y el
jugador a la vez y estar situado entre el atacante y la portería.
En el 2-1 de Benzema (2:20),
volvemos a encontrarnos una situación de centro desde la banda izquierda, de
nuevo peligroso debido a la floja defensa que mostro el Barcelona en el área.
No obstante, los movimientos de Benzema son dignos de estudio, el francés
estaba realizando un muy buen partido moviéndose entre líneas. En este caso,
éste se sitúa a la espalda de Piqué mientras el balón está a banda,
permitiéndole estar pero no estar. De este modo, los centrales no lo ven y luego les ataca el espacio con cierta
ventaja. Además, debemos destacar que es capaz de frenar e rectificar la
carrera para recibir el centro que se queda algo atrás. En cuanto a la defensa
del Barça, ésta debería encimar mucho más a los jugadores dispuestos a rematar; con lo
que deben atender más a menudo los movimientos de los delanteros y así
emparejarse con las respectivas marcas para evitar posibles remates. Para ello,
será importante que no atiendan en exceso el balón. Si girar la cabeza es
insuficiente o complicado al tener que dejar de atender al centrador, los
defensas deberían correr con un ángulo de visión más favorable durante el
transcurso de la jugada. De hecho, Piqué va girando la cabeza para buscar
posibles rematadores; pero Benzema, listo, se mantiene a su espalda para que
este no lo vea y esperar pacientemente el momento de atacar el espacio. Para
acabar, el control y el desenlace de la jugada es algo excepcional, los
recursos del francés están al alcance de unos pocos.
En la ocasión de gol de Benzema
despejada por Piqué a la misma línea de gol (2:43), nos limitaremos a comentar
un comportamiento muy interesante y que es determinante en muchas ocasiones.
Hablamos del comportamiento de Piqué durante toda la jugada. Si bien hemos
visto al principio que Busquets no recuperaba el espacio intensamente, en esta
situación Piqué si lo hace. Es interesante ver el resultado que puede tener
seguir activado y defendiendo durante toda la jugada. Piqué es premiado con un
despeje del balón prácticamente a la línea de gol. A valorar también que se
queda al palo largo, puesto que es el espacio que queda libre en ese momento. En
este sentido, muchos jugadores desconectan cuando ya no pueden intervenir sobre
el balón y esta situación muestra la importancia de seguir defendiendo hasta el
final, hasta que el balón no esté fuera de peligro o el juego se detenga.
En el 2-2 de Messi (3:31),
podemos comentar aspectos muy relacionados con el parágrafo anterior. Messi es
el gran protagonista. A parte del innegable talento sobrenatural que tiene, la
pulga marca la diferencia en cuanto a compromiso, continuidad de las acciones y
ganas de conseguir meter el balón en la portería rival. Se aprecia cómo está
intensamente activado durante toda la jugada, siguiendo segundas jugadas y
ofreciéndose para que los compañeros jueguen de cara con él una vez les ha pasado
el balón. Por el contrario, los defensores se desactivan una vez se ven
superados. Tal y como hemos comentado antes, es importantísimo seguir
defendiendo o corriendo hacia atrás ya que muchas veces el juego nos
recompensa, véase la ocasión que salva Piqué bajo palos. En este caso, al
principio de la secuencia Messi juega profundo entre líneas y ataca el espacio
para que jueguen de cara con él; mientras Cristiano se lo mira. Una vez tiene
el balón de nuevo, regatea a Sergio Ramos y juega dentro con Neymar; después
del pase Ramos también desconecta. Neymar recibe, los defensas consiguen
interceptar el balón, pero ahí está Messi, por delante de todos aquellos que no
han seguido defendiendo intensamente para hacerse con la segunda jugada.
Control y remate dentro de la portería. Es evidente que los jugadores del
Madrid corren hacia atrás, pero el hecho de desactivarse un breve momento hace
que la pulga te saque unos metros determinantes para que reciba por delante.
Después del gol, polémica entre los jugadores y Messi a lo suyo. Con su balón y
las ganas intactas para seguir
atropellando a cualquiera que se preste.
En la ocasión de gol de Benzema
(4:27), se aprecia otra de las ventajas de jugar o conducir por dentro. Hemos
comentado que esta situación suele generar ventajas fuera como en el gol de
Iniesta. Pues bien, en muchas ocasiones también se generan las ventajas dentro,
al tener que salir uno de los dos centrales a por el balón. Ante la brutal carrera
de Bale; que le permite plantarse en la frontal superando rivales tan solo
conduciendo el balón, Piqué se ve obligado a salir a por él. Un desequilibrio
en la línea defensiva que aprovecha muy bien Benzema. Aunque la ocasión es
dudosa por fuera de juego e igualmente es solventada por Valdés, tanto Bale
como Benzema interpretan muy bien la situación.
Otra jugada determinante fue el
penalti y expulsión de Sergio Ramos (5:14). Independientemente de la decisión
del árbitro, nos fijaremos en un aspecto que permite tales circunstancias. Si
observamos las imágenes, el Barça puede asociarse dentro, lo peor de ello
radica en que los jugadores del Real Madrid no acosan rápidamente a los
receptores del balón. Algo fundamental para plantarle cara al Barcelona, puesto
que la calidad de sus jugadores permite que existan posibilidades de pase
impensables. Así mismo, Messi recibe con demasiado espacio, hecho que le
permite girarse y pensar cómodamente para ejecutar un magnífico pase en
profundidad, a la espalda de los defensas. El desmarque de Neymar también es
muy bueno, esperando el momento óptimo para arrancar hacia el espacio deseado.
En cuanto a Marcelo, no reacciona mal, pero quizás podría estar controlando
mejor a su compatriota, buscando cierto contacto dentro de la legalidad antes
de que Neymar lanzara la diagonal. Por lo demás, un Neymar listo, que no le
cuesta ir al suelo si la situación lo requiere. Penalti, expulsión y gol para
empatar el partido.
En la ocasión de gol de Alves (5:59),
se ilustra perfectamente una de las ventajas del juego de cara ante un equipo
replegado. Cuando nos encontramos con un equipo replegado en su área como es el
caso del Madrid en esta situación, el espacio libre aparece delante de la línea
defensiva. En este sentido, los jugadores del Barça se asocian dentro para
juntar defensores, encuentran a Messi que recibe al pie delante de la última
línea defensiva y éste, descarga de cara y fuera, dándole espacio y tiempo al brasileño
para buscar un remate a portería. A la vez, bien por parte de Alves el hecho de
generarse ese espacio antes de que jueguen con él. Por el contrario, Marcelo
tarda en salir a por Alves, en una zona sensible de remate.
Finalmente, comentar que es fácil
y oportunista exponer lo que se debería haber hecho una vez ha concluido la
situación; de modo que debemos ser conscientes de lo complicado que es llevarlo
a cabo dentro del campo. No obstante, siempre es bueno hablar del juego, los
aciertos, los errores, las posibles soluciones; nos enriquece y nos ayuda a
plantear mejor nuevas situaciones. Y qué mejor que un partido de estas
magnitudes para hablar de ello.
"Los entrenadores en la
pizarra ganamos siempre, pero cuando el árbitro pita, los entrenadores pintamos
cuadros. El fútbol es de los jugadores" (Pep Guardiola).
jueves, 27 de marzo de 2014
Posted by TacticaBarça
Cambios de orientación para someter rivales
Existe sobre el F.C. Barcelona de Martino un debate intenso en torno a la calidad del juego que desarrolla. Las dudas se centran diferentes aspectos, siendo uno de los destacados en el que centra en su capacidad para atacar defensas rivales organizadas y que buscan replegar líneas. Todos coincidimos en que actualmente el equipo ataca diferente y en ocasiones tiene dificultades para encontrar la profundidad necesaria que le permita generar ocasiones de gol.
Para analizar esto debemos considerar que es lo que pretende
el Tata en su ataque organizado y su posicionamiento para llevar a cabo este.
Martino prima la amplitud ofensiva en la mayoría de los partidos sobre
cualquier otro aspecto, a la vez que busca mantener a su equipo relativamente
preparado para la pérdida de balón sabedor que la transición defensiva culé no
es brillante. Como consecuencia de todo esto se observa un Barça que no genera
excesivas llegadas a través del juego interior. La realidad es que
estratégicamente no está organizado de la mejor manera para ello, dado que
cuatro jugadores se sitúan generalmente abiertos y ocupando zonas exteriores y
los interiores viven relativamente alejados de Messi. Esto origina que Leo baje
a recibir a posiciones de mediocampo ante la dificultad que tiene el equipo
para encontrarlo y de esta forma no sentirse tan aislado del juego.
Las combinaciones interiores no fluyen porque no hay un
posicionamiento adecuado para ello, estando, generalmente, el rival en
superioridad numérica en los pasillos centrales. Este prefiere conceder
recepciones en banda a hacerlo en zonas internas.
Este Barça está mucho más preparado para abordar la ofensiva
a la portería rival por las zonas laterales que por las centrales. Los
problemas en este sentido aparecen cuando los extremos, Alexis y Neymar,
reciben en estático y tienen que buscar el desborde. Ambos son jugadores que
prefieren recibir con ciertos espacios para poder arrancar o utilizando el
desmarque de ruptura diagonal a portería. Si reciben al pie su capacidad de
desborde se ve mermada al verse en inferioridad la mayor parte de las
ocasiones. Es decir, los externos necesitan apoyos y desdoblamientos de sus
laterales para poder generar profundidad.
Cuando estos aspectos no se producen en el juego culé
solemos ver un equipo plano y con dificultades para poder llegar al marco rival.
¿Qué solución está encontrando Martino para resolver los
problemas de ataque en estático ante rivales cerrados que no conceden espacios
interiores? La manera en la que el Barça encuentra la profundidad en su juego
se basa en los cambios de orientación de lado a lado y en la presencia activa
de los laterales. El equipo consigue fluidez y profundidad cuando circula el
balón con cierta rapidez de una banda a la otra y encuentra a los jugadores de
banda rompiendo al espacio o llegando a zonas profundas en lugar de estando
estos allí, como podemos constatar en el siguiente video. Se observa un
Barcelona que somete al rival durante dos minutos sin realizar apenas pases
verticales en zonas interiores circulando el balón de lado a lado, con varios
cambios de orientación y generando tres o cuatro situaciones de disparo desde
la profundidad por los costados. En este sentido recuerda al Bayern de Heynckes.
Es un Barça diferente al que estábamos acostumbrados y en el
que no siempre los laterales se proyectan para obtener esas llegadas
sorpresivas desde los costados. Pero que cuando lo hacen tiene argumentos
suficientes para tener fluidez en su ataque y capacidad para generar ocasiones.
Falta continuidad para que esta manera de atacar sea continua, aunque existan
fases de los partidos donde se dilata en el tiempo. El motivo de esta ausencia
de continuidad es claro, la transición defensiva del equipo no es fuerte y a Martino
le sigue costando tomar riesgos permanentes porque le pueden pasar factura a la
hora de defender.
La fase defensiva más corta del mundo
"Si no tenemos la pelota corremos y no nos gusta
correr"
Paco Seirul-lo, preparador físico FC
Barcelona
Seirul-lo, una de las personas
que más en sintonía se encuentran con las ideas futbolísticas de Pep, establece
que si el equipo se queda sin balón, entonces debe correr. Esta no es una
sentencia del todo completa pera si posee un mensaje importante dentro de sí.
Tener la pelota en un equipo preparado para ello reduce la toma de decisiones
defensivas, lo cual se traduce en un menor desgaste psicológico para recuperar
el balón. La sensación que conlleva dominar el encuentro desde el esférico
reduce el impacto del cansancio propio del juego, porque para dominar en
condiciones el balón-disminuyendo las opciones de recuperación por parte del
rival- es necesaria la movilidad y correr.
Trabajar en el dominio, el control y en la creación de un escenario que quiero
me proporciona una sensación psicológica de menor consumo energético y conlleva
una menor fatiga cognitiva. La superioridad que otorga la posesión de balón, el
jugar en los espacios que yo deseo y sometiendo al rival a mi idea no genera
sentimientos de cansancio en la misma medida que conceder la iniciativa al
contrario y buscar defender la conquista alcanzada.
El balón reduce el cansancio
mental y otorga superioridad psicológica sobre el rival. Y a la vez reduce las
opciones de sufrir un gol en contra. De ahí que la posesión de la pelota,
siempre y cuando conlleve dominio del juego, proporcione la impresión de correr
menos al incidir en un menor desgaste psicológico y mental.
Tener el balón no es la única
condición suficiente, aunque sí necesaria, para llevar a la mínima duración la
fase defensiva de un equipo. Los equipos pierden la pelota y deben estar
preparados para recuperarla. Guardiola busca que sus jugadores alcancen porcentajes
de posesión lo más alto posibles, siendo un valor óptimo para Pep que su equipo
llegue a niveles del 70% o superiores. Si el conjunto entrenador por el catalán
baja sus registros en torno al 60% generalmente recibe ocasiones en contra, no
tiene el dominio total de la situación y se ve obligado en demasía a correr
hacia su campo- aquí es donde la sentencia que abre este capítulo se torna más
efectiva-. En los equipos de Guardiola el porcentaje de posesión es un
indicador claro de control del juego y el nivel alcanzado sí transmite una idea
general de cómo se ha desarrollado el encuentro. Una disminución “acusada” de
la posesión de la pelota desvela que el
equipo no ha trabajado bien en la recuperación de la misma.
Tener menos balón se traduce en
un aumento del tiempo de la fase defensiva y ahí Pep es tajante-como
indicábamos con anterioridad-. Sus equipos no están altamente trabajados en el
repliegue, se centran en desarrollar mecanismos que reduzcan el espacio
temporal que deben pasar en la recuperación del balón. Retroceder metros, bajar
la línea defensiva y vivir cerca del portero no son aspectos que el entrenador
del Bayern permita alegremente.
Paco Seiru-lo es un libro abierto
en ese sentido y marca claramente las directrices de la filosofía de juego en
la que se ha formado Guardiola y que ha hecho suya. Dice el preparador
físico del FC Barcelona que:
“Nos gusta jugar al
futbol, pasarnos la pelota. Esa energía interna que te da esa intención es la
que te hace estar continuamente, cuando pierdes el balón, con ganas de ir a
buscarlo estés donde estés. La función del entrenador es organizar esa forma de
recuperación del balón lo antes posible. En el momento que perdemos cómo nos
organizamos para tener el balón inmediatamente. Si somos capaces de inculcar a
nuestros jugadores que el balón es lo que nos hace fuertes tenemos un paso muy
grande dado”.
Recuperar el balón rápido es
básico para Guardiola dentro de su ideario futbolístico y una vez recuperado
llega el momento de decidir qué hacer con él, en función de la situación de
partido. Recuperación más decisión, ese es el mecanismo. La posesión del balón
no siempre tiene tintes ofensivos como establece Seiurl-lo:
“En
el momento que nosotros tenemos el balón podemos decidir si mantenemos el balón
sin riesgo de pérdida, entonces nos defendemos. Si jugamos el balón con más
riesgo de perderlo entonces estamos atacando. Pero la identificación de
defender y atacar no se refiere al hecho en sí de tener la pelota, sino con la
intencionalidad de cada jugador al pasar el balón al compañero. “
MECANISMOS DE
RECUPERACIÓN RÁPIDA DEL BALÓN
Establecida claramente la
importancia de la recuperación rápida del balón y la utilización de la posesión
como posible arma defensiva, el paso siguiente es analizar qué mecanismos
implanta Pep en sus equipos para llevar a cabo esta función.
Nuevamente Seiru-lo da las claves
básicas conceptuales aplicadas por Guardiola:
“Las superioridades son las que te ayudan a que cuando pierdes el balón,
cualquier superioridad que tengas, la utilices. Si es numérica, acercándose al
que está más cerca, los otros tapando a los posibles receptores del balón del
contrario. Si es posicional, estamos coartando la posibilidad que ese sujeto
que nos ha robado el balón pueda relacionarse. Si es emotivo-evolutiva, tenemos
un espacio inmediato de cooperación que como los lobos de la manada, cada uno
hace una función para atacar a la presa. Esa situación nos permite interpretar
que cuando perdemos el balón utilicemos la superioridad que en ese momento beneficie
al equipo.”
Dado que las diferentes
superioridades son las que marcan el
camino de actuación, la siguiente pregunta a hacerse es ¿Cómo se consiguen esas
superioridades?, es decir, ¿Cómo se prepara el equipo para reducir el tiempo
que pasa en fase defensiva? Seiru-lo
vuelve a darnos la respuesta:
“Por la organización del espacio que tuvimos antes de perder
el balón. Por eso mucha veces el que dice que hay que hacer muchos pases para
llegar al arco se equivoca. Hay que hacer los pases suficientes para
organizarnos en el espacio y en el tiempo, en la dimensión que nosotros
estimamos en cada momento que puede ser más eficiente para hacer esas dos
cosas. O para mantener el balón sin riesgo de perderlo o el espacio adónde
vamos a arriesgar perderlo, nos organizamos con la intencionalidad que podemos
perder el balón y pasar al contrario. Buscamos la superioridad sea numérica,
posicional, cognitiva, socio-afectiva para actuar sobre la dimensión de
recuperar el balón.”
Llegados aquí la gran clave es
nítida: “La idea desde la que subyace la búsqueda de la reducción de la fase
defensiva del equipo es el control, en especial el control de los espacios, y
la generación de superioridades en torno al balón cuando este se pierde”. Por este motivo Guardiola prioriza en su
trabajo defensivo dos conceptos: la activación rápida tras pérdida y el achique
de espacios. Cooperación como lobos de una manada y reducción de las zonas
activas del juego para que el rival se vea sometido a una inferioridad
manifiesta. He ahí las principales bases
defensivas que Pep desarrolla en sus equipos y que está tratando de inculcar en
el Bayern de Munich.
ACTIVACIÓN RÁPIDA TRAS PÉRDIDA. “LA MANADA DE LOBOS”
En este sentido el delantero
islandés Eidur Gudjohnsen expresó en una entrevista que Guardiola establecía
dentro del equipo una regla de obligado cumplimiento “La obligación que impone Pep es
buscar la recuperación del balón en un máximo de seis segundos tras la pérdida
del mismo”. Este aspecto no siempre es posible pero es básico para
entender la idea defensiva que inculca Guardiola a su equipo. De tal
importancia es este concepto que el entrenador tuvo un enfrentamiento verbal en
plena pretemporada con el delantero Claudio Pizarro durante el transcurso de un
partido amistoso preparatorio porque el peruano no se activaba en la medida de
lo necesario en la presión tras pérdida para la recuperación rápida de la
pelota. El catalán no consiente que sus
jugadores se queden quietos tras deshacerse de la posesión del esférico, la
activación inmediata es obligatoria.
En el FC Barcelona este concepto
alcanzó su culmen durante las temporadas 2009-2010 y 2010-2011 en las cuales el
equipo blaugrana encajó 24 y 21 goles en contra respectivamente. El Bayern también
lo utiliza aunque a un nivel todavía mejorable. Tras pérdida la primera acción
que llevan a cabo los jugadores más próximos al balón es la presión agresiva
sobre el rival que tiene la pelota. Dos o tres jugadores se lanzan como lobos a
la búsqueda de la recuperación del balón, mientras que los compañeros que no
están tan cerca-tanto los que han sido superados por la línea de balón como los
que no - achican espacios para pasar a la acción presionante en caso de que el
rival supere esa primera tentativa de robo.
La regla de los seis segundos deriva directamente de Arrigo
Sacchi. Guardiola imita al técnico italiano en el momento de la pérdida de
balón de forma muy clara.
El comportamiento agresivo y de
activación tras pérdida es inmediato y de igual aplicación tanto en zonas
laterales como centrales. En él no se contempla como primordial la ocupación
correcta para tapar posibles salidas de la presión. La mayor parte de las veces
a la captura del balón le acompaña un
achique correcto de espacios de los jugadores que no pueden actuar de forma
directa sobre el mismo.
Pero esta intención de siempre
presionar agresivamente sobre el balón en ocasiones deja un poco de lado
los espacios algo alejados del mismo. La activación inmediata es mandamiento
con independencia de la ocupación de los espacios próximos. Si el rival es capaz de superar esa primera
tentativa de robo, los jugadores del Bayern
vuelven a lanzarse a la búsqueda de la recuperación del balón. La
defensa muniquesa se basa en una guerra de guerrillas continúas donde la última
decisión posible es el repliegue-sólo aplicable si el rival consigue ganar los
espacios libres para progresar y obliga al equipo correr hacia atrás-. Es una
carga continua sobre el balón apoyada en el achique de espacios.
LA RAÍZ ES SACCHI,
AUNQUE LA APLICACIÓN DIFIERE EN GUARDIOLA
Son muchos los entrenadores que implantan en sus equipos la
activación de la presión tras la pérdida de balón y la presión adelantada. Pero
no todos lo hacen de la misma manera. Por ejemplo, Bielsa entiende la defensa
desde un concepto de seguimiento más individual que colectivo, mientras que
otros como Martino-actual entrenador del Barça- o Lillo-una de las influencias
de Guardiola- se decantan por la zona presionante adelantada. La raíz desde la
que parten todos es Arrigo Sacchi, posiblemente el ideólogo más influyente en
el fútbol practicado en los últimos veinte años. Pep quizás es el que más se acerque a la idea
primigenia pero, a pesar de mostrar similitudes importantes con el técnico de
Fusignano, también desarrolla
diferencias significativas.
La activación de la presión tras
perder el balón es algo que Guardiola ha tomado de manera directa de Sacchi. El
Milán de los inmortales mostraba una grandísima capacidad para buscar la
recuperación agresiva justo cuando quedaba sin la posesión de la pelota y
cerraba espacios y atacaba al rival que tenía la misma con una gran virulencia.
Las diferencias entre Pep y Arrigo vienen en el comportamiento posterior a la
posible salida de la presión del rival y a la actitud global defensiva que
muestran ambos.
El italiano concebía el repliegue
a su campo como posible y no era habitual que sus equipos buscaran la presión en
primera línea del rival de forma continua. El bloque defensivo de Sacchi se
situaba generalmente en medio campo y permitía cierto respiro en los primeros
pases de inicio del juego al rival. No es menos cierto que las reglas del juego
en la época en la que Arrigo entrenaba eran diferentes. La posibilidad de
recibir con las manos un pase de un compañero por parte del portero y que se
tratara como fuera de juego una situación que hoy se considera posicional sin
incidencia pueden influir en estos aspectos. No sabemos cuáles serían las
directrices defensivas que aplicaría hoy en día Sacchi pero si conocemos
ampliamente las que aplica Pep.
Arrigo Sacchi ha creado una escuela importante. Sus seguidores
no se reducen a los jugadores que compartieron equipo con él. Guardiola es uno
de sus “alumnos más aventajados”
Guardiola busca que su equipo se
posicione muy adelantado en el inicio del juego rival para buscar la
recuperación rápida de balón y reducir la fase defensiva a desarrollar por el
Bayern.
Y que sea muy agresivo sobre el balón en el inicio de juego
del equipo contrario, provocando bien el desplazamiento largo del rival o bien
un error en un pase que conduzca al Bayern a la posibilidad de realizar un
contragolpe corto.
La agresividad defensiva es un mandamiento para Pep Guardiola.
El Bayern está obligado a presionar la salida de balón del rival
Las vigilancias pueden llegar a ser incluso individuales.
DEFENSA ADELANTADA Y
ACHIQUE DE ESPACIOS
Guardiola ha inculcado a sus
jugadores su gran obsesión, la recuperación rápida del balón. Y para ello busca
la reducción de espacios con independencia de la altura a la que se encuentre
el mismo. En este sentido es fundamental que la línea defensiva juegue muy
adelantada, dejando metros a su espalda aún en ausencia de presión directa
sobre el poseedor de balón. El repliegue cercano a la portería de Neuer casi
nunca se produce en el Bayern de forma natural. Y el bloque defensivo suele
estar muy basculado a la zona activa de juego.
El Bayern pasa fases muy cortas
de tiempo en campo propio pero cuando el rival origina que el equipo tenga que
replegar Pep se muestra igual de
agresivo que Sacchi y obliga a sus jugadores a achicar la zona de acción del
jugador rival que tiene la
pelota. La presión sobre el balón es muy intensa y el acoso total. El objetivo,
recuperar rápido y no pasar excesivo tiempo defendiendo.
Achique de espacios y acoso agresivo fundamentan la fase
defensiva del Bayern. La obsesión por el balón de Guardiola no conoce límites.
Recuperarlo rápido es mandamiento para Pep.
Incluso en la transición
defensiva Guardiola prioriza a que sus jugadores busquen el acoso y la presión
sobre el poseedor del balón a la temporización que permita al equipo bajar
hacia campo propio.
Sorprende que toda la cautela que
trata de inculcar Pep a los jugadores del Bayern cuando tienen la posesión se
transforme en el predominio de la recuperación agresiva del balón a costa de
ceder espacios. No podemos decir que la búsqueda de la tenencia de la pelota
sea un cara o cruz por la manera en la que se desarrolla, pero sí que plantea
unos riesgos que Guardiola no asume con tanta facilidad cuando el equipo tiene
el esférico.
RIESGOS DERIVADOS EN LA AGRESIVIDAD EN EL ACHIQUE
La desaforada búsqueda de la
recuperación rápida del balón por parte del Bayern lleva asociados unos
problemas consustanciales. Si el rival es capaz de romper la presión, ese acoso
y achique tan agresivo que realiza en equipo bávaro deja muy descubiertas las
zonas débiles del campo. Si el conjunto contrario es capaz de activarlas
encuentra pasillos importantes por los que atacar el área de Neuer y así obtener ocasiones relativamente claras.
El comportamiento defensivo del Bayern no es todavía el que le
gustaría a Guardiola. Pese a ello el entrenador español no renuncia a sus ideas,
aunque que haya introducido algunos
matices para obtener mayor control del juego.
Para mantener esa agresividad en
el achique de espacios es necesario que el cambio de actitud ofensiva-defensiva
sea muy rápido y que el equipo se encuentra muy bien ordenado en caso de
pérdida alrededor del balón. Si la presión sobre el poseedor del esférico no es
inmediata, este tiene el tiempo suficiente para habilitar a un compañero que
rompa al espacio la defensa adelanta del Bayern.
Cuando el rival busca la salida en largo, la defensa de la
2ª jugada o del balón aéreo conlleva problemas importantes en el cuadro bávaro.
Los laterales no son grandes especialistas en la disputas de los balones de
cabeza y suelen adelantar su posición para presionar en campo rival. Esto deja
al conjunto de Guardiola bastante desordenado para ganar tanto la pelea aérea
como la 2ª jugada.
Pep asume estos riesgos sin
ningún tipo de problema ya que su obsesión por reducir la fase defensiva de su
equipo le lleva a priorizar la presión agresiva, el achique de espacios, el
acoso sobre el poseedor del balón y la defensa adelantada a permitir que el
rival tenga la posibilidad de aplicar mecanismos que minimicen el efecto que
busca, volver a tener el balón lo antes posible.
“El proceso de entender así el futbol, no se
hace en una temporada. Es una filosofía de entender el juego”.
Paco
Seiru-lo
jueves, 27 de febrero de 2014
Posted by TacticaBarça
Ventajas no aprovechadas
Es raro encontrar eliminatorias de Champions League entre
candidatos al título en las que se ven partidos abiertos donde los
contendientes asumen riesgos. El primer envite entre City y Barça no fue la
excepción y primó la protección de la portería propia-en cada cual con sus
armas- sobre el ataque de la contraria. Tanto Martino como Pellegrini tomaron
medidas de carácter defensivo que redundaran en disminuir las virtudes
ofensivas rivales.
En el caso del
técnico chileno algunos criticaran su decisión, pero enfrentar al Barça de
Messi no es cualquier cosa-y más a este Barcelona que ha ganado en capacidad
resolutiva en el contragolpe-. El Manchester City consiguió que su rival sólo
transitara con cierto peligro en 3 ocasiones a partir del minuto 40 y nada más
que recibió un tiro en contra de media distancia en toda la primera parte. Su
comportamiento defensivo fue muy alto y, pese a que esto redujo en gran medida
sus acciones ofensivas, fue hasta capaz de originar algunas ocasiones
peligrosas para Valdés.
La segunda parte, sin embargo, nos trajo un cambio de guion
a raíz del golpe de efecto que supuso el penalti y expulsión de Demichelis.
Como consecuencia de esto, el choque cambia y ya no podemos decir que el City
jugara de la manera más adecuada, pese a haber sido capaz de generar llegadas,
más por un demérito culé que no le permitió cerrar el partido adecuadamente
hasta casi el pitido final.
Partamos de las ideas básicas tácticas que pretendieron
implantar cada uno de los entrenadores para comenzar el análisis de un partido
que dejó cosas interesantes sobre el campo de batalla.
Pellegrini asumió cierta inferioridad para enfrentar al
Barça, sabedor de que los de Martino, pese a no ser aquellos grandes tiranos
del fútbol mundial que fueron, siguen siendo un equipo al que regalar ciertas
ventajas te condena. Para ello modificó su idea habitual pasando del 1-4-4-2 de
carácter ofensivo a un planteamiento bajo un posicionamiento 1-4-2-3-1 donde
las variantes defensivas eran la base estratégica. Todos los movimientos de
Manuel fueron encaminados a reducir al máximo la ofensiva culé, para luego
buscar dañar los déficits defensivos blaugranas-que son relativamente conocidos
y recurrentes en los partidos-. Estas fueron las consignas con las que el
Manchester City saltó al campo.
Por su parte Martino también asumió precauciones, conocedor
del potencial ofensivo de su rival. Su planteamiento buscaba la reducción de
ocasiones a través de la posesión del balón, con múltiples apoyos que evitaran
al máximo las pérdidas y que el equipo tuviera que replegar a campo propio.
Tampoco vimos un Barça tremendamente agresivo en la recuperación como otros
días por convicción propia. El “Tata” sabe que su equipo no está
suficientemente capacitado para robar muy arriba ante rivales de gran calidad técnica
en la salida de balón.
El análisis del partido debe llevarnos inicialmente a ver
cómo Pellegrini consiguió aquello que quería, puesto que los primeros 45
minutos nos dejaron un City superior, aunque diferente al habitual. El
ingeniero tenía las ideas muy claras, debía forzar al Barça a jugar por los
pasillos exteriores. Para ello planteó una variante 4-4-2 en el inicio del
juego culé que obligara a estos a comenzar el juego por fuera. La defensa no
era presionante ni agresiva sobre el balón ya que nos buscaba la recuperación
sino cerrar espacios interiores para luego achicar en bandas.
La presencia de Kolarov tenía un gran sentido para mantener
la vigilancia sobre Daniel Alves y su profundidad ante los envíos de Xavi. Y a esa
vigilancia especial Pellegrini le unió otra sobre Messi. Tanto Demichelis como
Kompany, según la zona, salían siempre a espaldas de sus mediocentros para
evitar la recepción y giro entre líneas, principalmente de Leo. De ahí que casi
no lo viéramos recibir, girar y conducir puesto que recogía la pelota encimado
por uno de los centrales.
La única superioridad táctica que pudo encontrar el Barça
estaba en el lado izquierdo de su ataque, pero la tendencia a ocupar posiciones
interiores de Iniesta casi que la diluyó. Martino propuso un pentágono central-como
ya hiciera Guardiola en su tramo final como entrenador culé- que potenciara la
posesión como arma defensiva y Andrés casi no pisó zonas exteriores. Sin
embargo, el caso es que cuando lo hizo generó peligro en el City juntándose con
Cesc y Alba. El “Tata” prefería no asumir riesgos a obtener rédito de esa
ventaja táctica, por lo que no tuvo recompensa de algo que podría haber dado
beneficios.
Dos tramos de la primera parte en los que el City intentó
hacerse con una mayor posesión del balón volvieron a mostrar los problemas del
Barcelona en defensa. Silva campó a sus anchas en esos minutos a la espalda de
un Busquets que trataba de achicar mientras que sus interiores no iban a la
permuta. Este problema es recurrente y origina problemas porque Sergio no
templa y sale a buscar el robo de manera casi habitual. Eso ante Silva pudo
tener consecuencias que abortaron un Piqué y un Mascherano que rayaron a gran
nivel, incluso ayudando a sus laterales cuando “El Chino” caía en zonas
laterales para generar superioridad con sus extremos y laterales.
La segunda parte cambia todo a raíz de la expulsión de
Demichelis. Messi consigue por primera vez en el partido atacar en ruptura y
como consecuencia de ello le da la vuelta como a un calcetín al partido. Los
cambios de Pellegrini en lugar de rearmar a su equipo lo debilitaron en exceso.
La presencia de David Silva como extremo izquierdo dio numerosas ventajas a
Alves para haber cerrado la eliminatoria y el partido con anterioridad. Pero
Martino no quiso explotar la profundidad del brasileños frente a Clichy, al que
ganaba siempre que lo enfrentaba, para evitar una posible desestructuración de
su equipo que diera al City opciones de contragolpear. Fue suficiente con que
los culés encontraran a Dani en 3 ocasiones, de las infinitas que tenían la
posibilidad, para que el lateral hiciera el segundo.
Pese a que la victoria es enorme, el partido deja cierto
regusto amargo en torno al Barça. El exceso de precaución debe tomarse con
cautela porque no originó realmente una superioridad tan manifiesta como marca
el resultado final. Y tampoco vimos un equipo que sacara producto de las
ventajas tácticas que el encuentro le presentó al nivel que debería haberlo
hecho.
Hay que seguir viendo hacia donde se va a dirigir este F.C.
Barcelona de Martino porque levanta ciertas sospechas de poder tropezar pronto
en problemas que ya ha enfrentado sin una resolución adecuada. Ganar en el
Barça no es lo único importante, porque su fisiología es muy especial y debe,
por ello, mostrar algunas cuestiones que ahora están en el aire. La
vulnerabilidad defensiva se puede oler cuando hablamos de enfrentar a los
mejores equipos del mundo. Y ofensivamente cae en ocasiones en una falta de
profundidad alarmante.
El partido es para celebrarlo por el resultado, pero en el
juego siguen existiendo dudas.
miércoles, 19 de febrero de 2014
Posted by TacticaBarça