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Posted by : TacticaBarça
miércoles, 19 de febrero de 2014
Es raro encontrar eliminatorias de Champions League entre
candidatos al título en las que se ven partidos abiertos donde los
contendientes asumen riesgos. El primer envite entre City y Barça no fue la
excepción y primó la protección de la portería propia-en cada cual con sus
armas- sobre el ataque de la contraria. Tanto Martino como Pellegrini tomaron
medidas de carácter defensivo que redundaran en disminuir las virtudes
ofensivas rivales.
En el caso del
técnico chileno algunos criticaran su decisión, pero enfrentar al Barça de
Messi no es cualquier cosa-y más a este Barcelona que ha ganado en capacidad
resolutiva en el contragolpe-. El Manchester City consiguió que su rival sólo
transitara con cierto peligro en 3 ocasiones a partir del minuto 40 y nada más
que recibió un tiro en contra de media distancia en toda la primera parte. Su
comportamiento defensivo fue muy alto y, pese a que esto redujo en gran medida
sus acciones ofensivas, fue hasta capaz de originar algunas ocasiones
peligrosas para Valdés.
La segunda parte, sin embargo, nos trajo un cambio de guion
a raíz del golpe de efecto que supuso el penalti y expulsión de Demichelis.
Como consecuencia de esto, el choque cambia y ya no podemos decir que el City
jugara de la manera más adecuada, pese a haber sido capaz de generar llegadas,
más por un demérito culé que no le permitió cerrar el partido adecuadamente
hasta casi el pitido final.
Partamos de las ideas básicas tácticas que pretendieron
implantar cada uno de los entrenadores para comenzar el análisis de un partido
que dejó cosas interesantes sobre el campo de batalla.
Pellegrini asumió cierta inferioridad para enfrentar al
Barça, sabedor de que los de Martino, pese a no ser aquellos grandes tiranos
del fútbol mundial que fueron, siguen siendo un equipo al que regalar ciertas
ventajas te condena. Para ello modificó su idea habitual pasando del 1-4-4-2 de
carácter ofensivo a un planteamiento bajo un posicionamiento 1-4-2-3-1 donde
las variantes defensivas eran la base estratégica. Todos los movimientos de
Manuel fueron encaminados a reducir al máximo la ofensiva culé, para luego
buscar dañar los déficits defensivos blaugranas-que son relativamente conocidos
y recurrentes en los partidos-. Estas fueron las consignas con las que el
Manchester City saltó al campo.
Por su parte Martino también asumió precauciones, conocedor
del potencial ofensivo de su rival. Su planteamiento buscaba la reducción de
ocasiones a través de la posesión del balón, con múltiples apoyos que evitaran
al máximo las pérdidas y que el equipo tuviera que replegar a campo propio.
Tampoco vimos un Barça tremendamente agresivo en la recuperación como otros
días por convicción propia. El “Tata” sabe que su equipo no está
suficientemente capacitado para robar muy arriba ante rivales de gran calidad técnica
en la salida de balón.
El análisis del partido debe llevarnos inicialmente a ver
cómo Pellegrini consiguió aquello que quería, puesto que los primeros 45
minutos nos dejaron un City superior, aunque diferente al habitual. El
ingeniero tenía las ideas muy claras, debía forzar al Barça a jugar por los
pasillos exteriores. Para ello planteó una variante 4-4-2 en el inicio del
juego culé que obligara a estos a comenzar el juego por fuera. La defensa no
era presionante ni agresiva sobre el balón ya que nos buscaba la recuperación
sino cerrar espacios interiores para luego achicar en bandas.
La presencia de Kolarov tenía un gran sentido para mantener
la vigilancia sobre Daniel Alves y su profundidad ante los envíos de Xavi. Y a esa
vigilancia especial Pellegrini le unió otra sobre Messi. Tanto Demichelis como
Kompany, según la zona, salían siempre a espaldas de sus mediocentros para
evitar la recepción y giro entre líneas, principalmente de Leo. De ahí que casi
no lo viéramos recibir, girar y conducir puesto que recogía la pelota encimado
por uno de los centrales.
La única superioridad táctica que pudo encontrar el Barça
estaba en el lado izquierdo de su ataque, pero la tendencia a ocupar posiciones
interiores de Iniesta casi que la diluyó. Martino propuso un pentágono central-como
ya hiciera Guardiola en su tramo final como entrenador culé- que potenciara la
posesión como arma defensiva y Andrés casi no pisó zonas exteriores. Sin
embargo, el caso es que cuando lo hizo generó peligro en el City juntándose con
Cesc y Alba. El “Tata” prefería no asumir riesgos a obtener rédito de esa
ventaja táctica, por lo que no tuvo recompensa de algo que podría haber dado
beneficios.
Dos tramos de la primera parte en los que el City intentó
hacerse con una mayor posesión del balón volvieron a mostrar los problemas del
Barcelona en defensa. Silva campó a sus anchas en esos minutos a la espalda de
un Busquets que trataba de achicar mientras que sus interiores no iban a la
permuta. Este problema es recurrente y origina problemas porque Sergio no
templa y sale a buscar el robo de manera casi habitual. Eso ante Silva pudo
tener consecuencias que abortaron un Piqué y un Mascherano que rayaron a gran
nivel, incluso ayudando a sus laterales cuando “El Chino” caía en zonas
laterales para generar superioridad con sus extremos y laterales.
La segunda parte cambia todo a raíz de la expulsión de
Demichelis. Messi consigue por primera vez en el partido atacar en ruptura y
como consecuencia de ello le da la vuelta como a un calcetín al partido. Los
cambios de Pellegrini en lugar de rearmar a su equipo lo debilitaron en exceso.
La presencia de David Silva como extremo izquierdo dio numerosas ventajas a
Alves para haber cerrado la eliminatoria y el partido con anterioridad. Pero
Martino no quiso explotar la profundidad del brasileños frente a Clichy, al que
ganaba siempre que lo enfrentaba, para evitar una posible desestructuración de
su equipo que diera al City opciones de contragolpear. Fue suficiente con que
los culés encontraran a Dani en 3 ocasiones, de las infinitas que tenían la
posibilidad, para que el lateral hiciera el segundo.
Pese a que la victoria es enorme, el partido deja cierto
regusto amargo en torno al Barça. El exceso de precaución debe tomarse con
cautela porque no originó realmente una superioridad tan manifiesta como marca
el resultado final. Y tampoco vimos un equipo que sacara producto de las
ventajas tácticas que el encuentro le presentó al nivel que debería haberlo
hecho.
Hay que seguir viendo hacia donde se va a dirigir este F.C.
Barcelona de Martino porque levanta ciertas sospechas de poder tropezar pronto
en problemas que ya ha enfrentado sin una resolución adecuada. Ganar en el
Barça no es lo único importante, porque su fisiología es muy especial y debe,
por ello, mostrar algunas cuestiones que ahora están en el aire. La
vulnerabilidad defensiva se puede oler cuando hablamos de enfrentar a los
mejores equipos del mundo. Y ofensivamente cae en ocasiones en una falta de
profundidad alarmante.
El partido es para celebrarlo por el resultado, pero en el
juego siguen existiendo dudas.