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Posted by : TacticaBarça
jueves, 27 de febrero de 2014
"Si no tenemos la pelota corremos y no nos gusta
correr"
Paco Seirul-lo, preparador físico FC
Barcelona
Seirul-lo, una de las personas
que más en sintonía se encuentran con las ideas futbolísticas de Pep, establece
que si el equipo se queda sin balón, entonces debe correr. Esta no es una
sentencia del todo completa pera si posee un mensaje importante dentro de sí.
Tener la pelota en un equipo preparado para ello reduce la toma de decisiones
defensivas, lo cual se traduce en un menor desgaste psicológico para recuperar
el balón. La sensación que conlleva dominar el encuentro desde el esférico
reduce el impacto del cansancio propio del juego, porque para dominar en
condiciones el balón-disminuyendo las opciones de recuperación por parte del
rival- es necesaria la movilidad y correr.
Trabajar en el dominio, el control y en la creación de un escenario que quiero
me proporciona una sensación psicológica de menor consumo energético y conlleva
una menor fatiga cognitiva. La superioridad que otorga la posesión de balón, el
jugar en los espacios que yo deseo y sometiendo al rival a mi idea no genera
sentimientos de cansancio en la misma medida que conceder la iniciativa al
contrario y buscar defender la conquista alcanzada.
El balón reduce el cansancio
mental y otorga superioridad psicológica sobre el rival. Y a la vez reduce las
opciones de sufrir un gol en contra. De ahí que la posesión de la pelota,
siempre y cuando conlleve dominio del juego, proporcione la impresión de correr
menos al incidir en un menor desgaste psicológico y mental.
Tener el balón no es la única
condición suficiente, aunque sí necesaria, para llevar a la mínima duración la
fase defensiva de un equipo. Los equipos pierden la pelota y deben estar
preparados para recuperarla. Guardiola busca que sus jugadores alcancen porcentajes
de posesión lo más alto posibles, siendo un valor óptimo para Pep que su equipo
llegue a niveles del 70% o superiores. Si el conjunto entrenador por el catalán
baja sus registros en torno al 60% generalmente recibe ocasiones en contra, no
tiene el dominio total de la situación y se ve obligado en demasía a correr
hacia su campo- aquí es donde la sentencia que abre este capítulo se torna más
efectiva-. En los equipos de Guardiola el porcentaje de posesión es un
indicador claro de control del juego y el nivel alcanzado sí transmite una idea
general de cómo se ha desarrollado el encuentro. Una disminución “acusada” de
la posesión de la pelota desvela que el
equipo no ha trabajado bien en la recuperación de la misma.
Tener menos balón se traduce en
un aumento del tiempo de la fase defensiva y ahí Pep es tajante-como
indicábamos con anterioridad-. Sus equipos no están altamente trabajados en el
repliegue, se centran en desarrollar mecanismos que reduzcan el espacio
temporal que deben pasar en la recuperación del balón. Retroceder metros, bajar
la línea defensiva y vivir cerca del portero no son aspectos que el entrenador
del Bayern permita alegremente.
Paco Seiru-lo es un libro abierto
en ese sentido y marca claramente las directrices de la filosofía de juego en
la que se ha formado Guardiola y que ha hecho suya. Dice el preparador
físico del FC Barcelona que:
“Nos gusta jugar al
futbol, pasarnos la pelota. Esa energía interna que te da esa intención es la
que te hace estar continuamente, cuando pierdes el balón, con ganas de ir a
buscarlo estés donde estés. La función del entrenador es organizar esa forma de
recuperación del balón lo antes posible. En el momento que perdemos cómo nos
organizamos para tener el balón inmediatamente. Si somos capaces de inculcar a
nuestros jugadores que el balón es lo que nos hace fuertes tenemos un paso muy
grande dado”.
Recuperar el balón rápido es
básico para Guardiola dentro de su ideario futbolístico y una vez recuperado
llega el momento de decidir qué hacer con él, en función de la situación de
partido. Recuperación más decisión, ese es el mecanismo. La posesión del balón
no siempre tiene tintes ofensivos como establece Seiurl-lo:
“En
el momento que nosotros tenemos el balón podemos decidir si mantenemos el balón
sin riesgo de pérdida, entonces nos defendemos. Si jugamos el balón con más
riesgo de perderlo entonces estamos atacando. Pero la identificación de
defender y atacar no se refiere al hecho en sí de tener la pelota, sino con la
intencionalidad de cada jugador al pasar el balón al compañero. “
MECANISMOS DE
RECUPERACIÓN RÁPIDA DEL BALÓN
Establecida claramente la
importancia de la recuperación rápida del balón y la utilización de la posesión
como posible arma defensiva, el paso siguiente es analizar qué mecanismos
implanta Pep en sus equipos para llevar a cabo esta función.
Nuevamente Seiru-lo da las claves
básicas conceptuales aplicadas por Guardiola:
“Las superioridades son las que te ayudan a que cuando pierdes el balón,
cualquier superioridad que tengas, la utilices. Si es numérica, acercándose al
que está más cerca, los otros tapando a los posibles receptores del balón del
contrario. Si es posicional, estamos coartando la posibilidad que ese sujeto
que nos ha robado el balón pueda relacionarse. Si es emotivo-evolutiva, tenemos
un espacio inmediato de cooperación que como los lobos de la manada, cada uno
hace una función para atacar a la presa. Esa situación nos permite interpretar
que cuando perdemos el balón utilicemos la superioridad que en ese momento beneficie
al equipo.”
Dado que las diferentes
superioridades son las que marcan el
camino de actuación, la siguiente pregunta a hacerse es ¿Cómo se consiguen esas
superioridades?, es decir, ¿Cómo se prepara el equipo para reducir el tiempo
que pasa en fase defensiva? Seiru-lo
vuelve a darnos la respuesta:
“Por la organización del espacio que tuvimos antes de perder
el balón. Por eso mucha veces el que dice que hay que hacer muchos pases para
llegar al arco se equivoca. Hay que hacer los pases suficientes para
organizarnos en el espacio y en el tiempo, en la dimensión que nosotros
estimamos en cada momento que puede ser más eficiente para hacer esas dos
cosas. O para mantener el balón sin riesgo de perderlo o el espacio adónde
vamos a arriesgar perderlo, nos organizamos con la intencionalidad que podemos
perder el balón y pasar al contrario. Buscamos la superioridad sea numérica,
posicional, cognitiva, socio-afectiva para actuar sobre la dimensión de
recuperar el balón.”
Llegados aquí la gran clave es
nítida: “La idea desde la que subyace la búsqueda de la reducción de la fase
defensiva del equipo es el control, en especial el control de los espacios, y
la generación de superioridades en torno al balón cuando este se pierde”. Por este motivo Guardiola prioriza en su
trabajo defensivo dos conceptos: la activación rápida tras pérdida y el achique
de espacios. Cooperación como lobos de una manada y reducción de las zonas
activas del juego para que el rival se vea sometido a una inferioridad
manifiesta. He ahí las principales bases
defensivas que Pep desarrolla en sus equipos y que está tratando de inculcar en
el Bayern de Munich.
ACTIVACIÓN RÁPIDA TRAS PÉRDIDA. “LA MANADA DE LOBOS”
En este sentido el delantero
islandés Eidur Gudjohnsen expresó en una entrevista que Guardiola establecía
dentro del equipo una regla de obligado cumplimiento “La obligación que impone Pep es
buscar la recuperación del balón en un máximo de seis segundos tras la pérdida
del mismo”. Este aspecto no siempre es posible pero es básico para
entender la idea defensiva que inculca Guardiola a su equipo. De tal
importancia es este concepto que el entrenador tuvo un enfrentamiento verbal en
plena pretemporada con el delantero Claudio Pizarro durante el transcurso de un
partido amistoso preparatorio porque el peruano no se activaba en la medida de
lo necesario en la presión tras pérdida para la recuperación rápida de la
pelota. El catalán no consiente que sus
jugadores se queden quietos tras deshacerse de la posesión del esférico, la
activación inmediata es obligatoria.
En el FC Barcelona este concepto
alcanzó su culmen durante las temporadas 2009-2010 y 2010-2011 en las cuales el
equipo blaugrana encajó 24 y 21 goles en contra respectivamente. El Bayern también
lo utiliza aunque a un nivel todavía mejorable. Tras pérdida la primera acción
que llevan a cabo los jugadores más próximos al balón es la presión agresiva
sobre el rival que tiene la pelota. Dos o tres jugadores se lanzan como lobos a
la búsqueda de la recuperación del balón, mientras que los compañeros que no
están tan cerca-tanto los que han sido superados por la línea de balón como los
que no - achican espacios para pasar a la acción presionante en caso de que el
rival supere esa primera tentativa de robo.
La regla de los seis segundos deriva directamente de Arrigo
Sacchi. Guardiola imita al técnico italiano en el momento de la pérdida de
balón de forma muy clara.
El comportamiento agresivo y de
activación tras pérdida es inmediato y de igual aplicación tanto en zonas
laterales como centrales. En él no se contempla como primordial la ocupación
correcta para tapar posibles salidas de la presión. La mayor parte de las veces
a la captura del balón le acompaña un
achique correcto de espacios de los jugadores que no pueden actuar de forma
directa sobre el mismo.
Pero esta intención de siempre
presionar agresivamente sobre el balón en ocasiones deja un poco de lado
los espacios algo alejados del mismo. La activación inmediata es mandamiento
con independencia de la ocupación de los espacios próximos. Si el rival es capaz de superar esa primera
tentativa de robo, los jugadores del Bayern
vuelven a lanzarse a la búsqueda de la recuperación del balón. La
defensa muniquesa se basa en una guerra de guerrillas continúas donde la última
decisión posible es el repliegue-sólo aplicable si el rival consigue ganar los
espacios libres para progresar y obliga al equipo correr hacia atrás-. Es una
carga continua sobre el balón apoyada en el achique de espacios.
LA RAÍZ ES SACCHI,
AUNQUE LA APLICACIÓN DIFIERE EN GUARDIOLA
Son muchos los entrenadores que implantan en sus equipos la
activación de la presión tras la pérdida de balón y la presión adelantada. Pero
no todos lo hacen de la misma manera. Por ejemplo, Bielsa entiende la defensa
desde un concepto de seguimiento más individual que colectivo, mientras que
otros como Martino-actual entrenador del Barça- o Lillo-una de las influencias
de Guardiola- se decantan por la zona presionante adelantada. La raíz desde la
que parten todos es Arrigo Sacchi, posiblemente el ideólogo más influyente en
el fútbol practicado en los últimos veinte años. Pep quizás es el que más se acerque a la idea
primigenia pero, a pesar de mostrar similitudes importantes con el técnico de
Fusignano, también desarrolla
diferencias significativas.
La activación de la presión tras
perder el balón es algo que Guardiola ha tomado de manera directa de Sacchi. El
Milán de los inmortales mostraba una grandísima capacidad para buscar la
recuperación agresiva justo cuando quedaba sin la posesión de la pelota y
cerraba espacios y atacaba al rival que tenía la misma con una gran virulencia.
Las diferencias entre Pep y Arrigo vienen en el comportamiento posterior a la
posible salida de la presión del rival y a la actitud global defensiva que
muestran ambos.
El italiano concebía el repliegue
a su campo como posible y no era habitual que sus equipos buscaran la presión en
primera línea del rival de forma continua. El bloque defensivo de Sacchi se
situaba generalmente en medio campo y permitía cierto respiro en los primeros
pases de inicio del juego al rival. No es menos cierto que las reglas del juego
en la época en la que Arrigo entrenaba eran diferentes. La posibilidad de
recibir con las manos un pase de un compañero por parte del portero y que se
tratara como fuera de juego una situación que hoy se considera posicional sin
incidencia pueden influir en estos aspectos. No sabemos cuáles serían las
directrices defensivas que aplicaría hoy en día Sacchi pero si conocemos
ampliamente las que aplica Pep.
Arrigo Sacchi ha creado una escuela importante. Sus seguidores
no se reducen a los jugadores que compartieron equipo con él. Guardiola es uno
de sus “alumnos más aventajados”
Guardiola busca que su equipo se
posicione muy adelantado en el inicio del juego rival para buscar la
recuperación rápida de balón y reducir la fase defensiva a desarrollar por el
Bayern.
Y que sea muy agresivo sobre el balón en el inicio de juego
del equipo contrario, provocando bien el desplazamiento largo del rival o bien
un error en un pase que conduzca al Bayern a la posibilidad de realizar un
contragolpe corto.
La agresividad defensiva es un mandamiento para Pep Guardiola.
El Bayern está obligado a presionar la salida de balón del rival
Las vigilancias pueden llegar a ser incluso individuales.
DEFENSA ADELANTADA Y
ACHIQUE DE ESPACIOS
Guardiola ha inculcado a sus
jugadores su gran obsesión, la recuperación rápida del balón. Y para ello busca
la reducción de espacios con independencia de la altura a la que se encuentre
el mismo. En este sentido es fundamental que la línea defensiva juegue muy
adelantada, dejando metros a su espalda aún en ausencia de presión directa
sobre el poseedor de balón. El repliegue cercano a la portería de Neuer casi
nunca se produce en el Bayern de forma natural. Y el bloque defensivo suele
estar muy basculado a la zona activa de juego.
El Bayern pasa fases muy cortas
de tiempo en campo propio pero cuando el rival origina que el equipo tenga que
replegar Pep se muestra igual de
agresivo que Sacchi y obliga a sus jugadores a achicar la zona de acción del
jugador rival que tiene la
pelota. La presión sobre el balón es muy intensa y el acoso total. El objetivo,
recuperar rápido y no pasar excesivo tiempo defendiendo.
Achique de espacios y acoso agresivo fundamentan la fase
defensiva del Bayern. La obsesión por el balón de Guardiola no conoce límites.
Recuperarlo rápido es mandamiento para Pep.
Incluso en la transición
defensiva Guardiola prioriza a que sus jugadores busquen el acoso y la presión
sobre el poseedor del balón a la temporización que permita al equipo bajar
hacia campo propio.
Sorprende que toda la cautela que
trata de inculcar Pep a los jugadores del Bayern cuando tienen la posesión se
transforme en el predominio de la recuperación agresiva del balón a costa de
ceder espacios. No podemos decir que la búsqueda de la tenencia de la pelota
sea un cara o cruz por la manera en la que se desarrolla, pero sí que plantea
unos riesgos que Guardiola no asume con tanta facilidad cuando el equipo tiene
el esférico.
RIESGOS DERIVADOS EN LA AGRESIVIDAD EN EL ACHIQUE
La desaforada búsqueda de la
recuperación rápida del balón por parte del Bayern lleva asociados unos
problemas consustanciales. Si el rival es capaz de romper la presión, ese acoso
y achique tan agresivo que realiza en equipo bávaro deja muy descubiertas las
zonas débiles del campo. Si el conjunto contrario es capaz de activarlas
encuentra pasillos importantes por los que atacar el área de Neuer y así obtener ocasiones relativamente claras.
El comportamiento defensivo del Bayern no es todavía el que le
gustaría a Guardiola. Pese a ello el entrenador español no renuncia a sus ideas,
aunque que haya introducido algunos
matices para obtener mayor control del juego.
Para mantener esa agresividad en
el achique de espacios es necesario que el cambio de actitud ofensiva-defensiva
sea muy rápido y que el equipo se encuentra muy bien ordenado en caso de
pérdida alrededor del balón. Si la presión sobre el poseedor del esférico no es
inmediata, este tiene el tiempo suficiente para habilitar a un compañero que
rompa al espacio la defensa adelanta del Bayern.
Cuando el rival busca la salida en largo, la defensa de la
2ª jugada o del balón aéreo conlleva problemas importantes en el cuadro bávaro.
Los laterales no son grandes especialistas en la disputas de los balones de
cabeza y suelen adelantar su posición para presionar en campo rival. Esto deja
al conjunto de Guardiola bastante desordenado para ganar tanto la pelea aérea
como la 2ª jugada.
Pep asume estos riesgos sin
ningún tipo de problema ya que su obsesión por reducir la fase defensiva de su
equipo le lleva a priorizar la presión agresiva, el achique de espacios, el
acoso sobre el poseedor del balón y la defensa adelantada a permitir que el
rival tenga la posibilidad de aplicar mecanismos que minimicen el efecto que
busca, volver a tener el balón lo antes posible.
“El proceso de entender así el futbol, no se
hace en una temporada. Es una filosofía de entender el juego”.
Paco
Seiru-lo